En la John Ryland´s Library de Manchester |
En
los prefacios a las mal llamadas «Biblias castellanas del siglo XVI», pues en
muchos casos no estamos sino ante meras traducciones del Nuevo Testamento, se manifiesta que
ya desde mediados de siglo era muy deseada y esperada una traducción completa
de la biblia, al castellano, partiendo ya no del texto de la Vulgata
sino de las lenguas bíblicas originales hebrea y griega. Esta palpable carencia
vino a ser subsanada por un monje fugitivo, huido de las persecuciones
inquisitoriales de Sevilla, llamado Casiodoro de Reina y cuya principal labor
traductora quedó plasmada en la que hoy conocemos como «La Biblia del Oso»,
objeto de atención monográfica en el presente blog.
Marcelino Menéndez Pelayo se hacía eco de la obra
en los halagüeños términos siguientes:
Uno de los protestantes fugitivos
de Sevilla se movió a reparar esta falta, emprendió y llevó a cabo, no sin
acierto, una traducción de la Biblia y logró introducir en España ejemplares a
pesar de las severas prohibiciones del Santo Oficio. Esta Biblia, corregida y
enmendada después por Cipriano de Valera, es la misma que hoy difunden, en
fabulosa cantidad de ejemplares, las sociedades bíblicas de Londres por todos los
países donde se habla la lengua castellana[1].
La traducción de todos los libros de
la Biblia al español ‒ y su posterior impresión en Basilea, en Septiembre de
1569 – suponen sin lugar a dudas el mayor legado de este ex monje jerónimo del monasterio
de San Isidoro del Campo. Anota en su haber como biblista, el mérito de ser el
compositor del texto que hasta el día de hoy, es el leído de modo universal por
las comunidades reformadas de habla hispana[2]. Es esta la conocida versión
de la «Biblia Reina–Valera», cuya denominación le viene del hecho de incluir
las (escasas) variaciones añadidas por Cipriano de Valera[3]a la traducción original de
Reina de 1569, en su edición de Amberes de 1602, también conocida como «Biblia
del cántaro». La obra ha tenido a lo largo de los cuatro siglos de su
existencia una larga serie de reediciones.
Biblias "del oso" y "del cántaro" |
Casiodoro de Reina elabora pues un
texto que supone la primera versión impresa[4] de todos los libros de la
Biblia vertidos a la lengua de Cervantes[5], no a partir del texto
latino, como ya decíamos, sino partiendo de las lenguas bíblicas originales,
hebreo, arameo y griego. Es pues esta «Biblia del Oso» una de las traducciones
más importantes de la Biblia al castellano si no la verdadera Biblia castellana
del Siglo de Oro.
[1] B. Foster Stockwell, Prefacios a las Biblias castellanas del
siglo XVI, (Buenos Aires - Méjico
1951); José Luis González Novalín, «Biblias castellanas en el
siglo XVI», Studium Ovetense, 4 (1976) 539-544.
[2] Marcelino
Menéndez Pelayo, Historia de los Heterodoxos Españoles, vol. II, (Madrid,
BAC, 1956) 111.
[3] Para algunos, las palabras que Valera
consigna en la Exhortación al cristiano
lector: «El trabajo que yo he tomado para sacar à luz esta obra ha sido muy
grande y de muy largo tiempo […] Yo siendo de 50 años comencé esta obra y, en
este año de 1602, en que ha plazido à mi Dios sacarla à luz, soy de 70 años»,
no son sino un ejemplo de hipérbole andaluza ya que «nada tenía de docto ni
hebraizante» sino que era más bien un «simple y desvergonzado plagiario». Cf.
Germán Prado, «La Santa Biblia en España», Revista
Española de Estudios Bíblicos, 2 (1927) 119.
[4] La Biblia del Oso ve la
luz dos siglos antes que la versión castellana autorizada por la Iglesia
católica, que es la Biblia traducida por el escolapio Felipe Scío de San
Miguel, impresa entre los años 1790 y 1791. Menéndez Pelayo alaba la obra de
Casiodoro al tiempo que denosta esta traducción de Felipe Scío afirmando que la
Biblia del Oso está «como hecha en el mejor tiempo de la lengua castellana,
excede mucho, bajo tal aspecto, a la moderna [traducción] de Torres Amat y a la
desdichadísima del Padre Scío». Cf. M.
Menéndez Pelayo, Heterododoxos,
II, 85. A pesar de que la traducción es en ocasiones algo dura, quizás por el
deseo de Scío de ajustarse a la letra de la Vulgata, lo cierto es que ha de ser
valorada al menos en lo que respecta a su destacable erudición, reflejada en
las notas a pié de página.
Portada edición prínceps de 1569 |
[5] Cronológicamente, Casiodoro
publica su traducción en Basilea, treinta y seis años antes que Cervantes publique
su obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605). Si esta
Biblia hubiese alcanzado la fortuna de ser tan considerada en España, como lo
fue la version King James en
Inglaterra, el castellano del Quijote a buen seguro lo habría referenciado. Su
condición de Biblia prohibida lo hizo de todo punto imposible.
Gracias.
ResponderEliminarNo conocía la biblia del oso hasta hace menos de un mes donde le descubrí algo que me motiva a leerla. Será su origen o su lejanía de la manipulación de más de 400 años de papas, iluminatis entre otros.
ResponderEliminarActualmente solo la he podido descargar via internet en formato PDF, pero estoy en la búsqueda de un ejemplar impreso para tenerla en mis manos y tocarla y leerla, sentimiento realmente extraño en mi ya que no soy muy dado a la lectura y menos bíblica.
Creo que necesito un códice, unas reglas algo que me ayude a entenderla, ya que el castellano con el cual fue escrita no ayuda mucho a su interpretación.
Cualquier ayuda o consejo que me pueda brindar se lo agradeceré mucho, Saludos
Estoy en dudas. Nose si casiodoro uso fuentes católicas según dicen.
ResponderEliminar